GP Monza 2025

por | Sep 8, 2025 | Internacionales, Novedades

Por Karina Mc Donald

El Gran Premio de Italia volvió a estar a la altura de su leyenda. Monza, el templo de la velocidad, ofreció mucho más que una carrera récord: fue el escenario donde la política de equipo, la precisión milimétrica y la psicología del piloto se entrelazaron en un espectáculo tan veloz como complejo.

Verstappen, el retorno del control
Tras varios meses de resultados irregulares, Max Verstappen se reencontró con la victoria de manera categórica. Su actuación en Monza fue más que dominante: fue una declaración de autoridad. En un fin de semana impecable, Red Bull funcionó como en sus mejores tiempos, y Max no solo controló su auto, sino el ritmo completo de la carrera.

“Estábamos volando”, declaró el neerlandés. Y no exageraba: cruzó la meta con más de 19 segundos de ventaja, en la que fue la carrera más rápida en la historia de la Fórmula 1 (1 h 13 m 24 s). A más de 250 km/h de promedio, el tiempo se comprimió y los márgenes de error desaparecieron.

Si Verstappen corrió con claridad, en McLaren el panorama fue más turbio. El doble podio Norris segundo, Piastri tercero, debería haber sido una celebración, pero dejó interrogantes en el aire.

Una orden de equipo a mitad de carrera, que obligó a Oscar Piastri a devolverle la posición a Lando Norris tras una parada errónea, reavivó el debate sobre jerarquías internas. Piastri obedeció. Norris agradeció. El equipo se defendió: “La prioridad es el equipo”, repitieron todos.
La imagen pública fue de unidad. Pero el subtexto es más complejo. McLaren está en plena evolución. Cuenta con dos pilotos jóvenes, talentosos y ambiciosos, y empieza a resultar incómodo definir quién lidera. En septiembre es fácil decir que lo importante es el equipo.

En casa, Ferrari logró su mejor actuación en semanas. Charles Leclerc largó desde la pole y terminó cuarto, mientras Carlos Sainz remontó desde el fondo de la parrilla para rozar el Top 5. Mejor ritmo, estrategia sólida y menos errores. Pero siguen un paso por detrás en ritmo de carrera.

El problema no es Monza. Es el resto del calendario. Si este fue su mejor circuito del año y no lograron subir al podio, ¿qué pueden esperar en trazados menos favorables?

Isack Hadjar, con un Racing Bulls que parecía condenado, remontó desde el pit lane hasta los puntos. El francés de 20 años sigue sumando argumentos para una futura promoción.

Alex Albon, discreto pero eficiente, fue uno de los mejores en la gestión de neumáticos: un talento que suele pasar desapercibido fuera de los focos.

En el otro extremo, Aston Martin naufragó. Fernando Alonso quedó fuera de los puntos por problemas de suspensión. Lance Stroll, irrelevante. Un equipo que comenzó la temporada prometiendo más de lo que ha podido cumplir.

¿Y ahora? Próxima cita en el calendario

La próxima carrera será el Gran Premio de Azerbaiyán, que se disputará en el circuito urbano de Bakú, del 19 al 21 de septiembre de 2025. Un trazado de largas rectas y curvas cerradas, ideal para medir la eficiencia aerodinámica y la sangre fría bajo presión.

Monza fue la carrera más rápida de la historia. Pero, irónicamente, sus consecuencias se moverán lentamente. En los próximos días veremos cómo McLaren gestiona la tensión interna. Si Red Bull logra mantener el dominio. Si Ferrari encuentra continuidad. Y si alguien más, como Mercedes, se anima a reescribir el guion.

Hoy, lunes, queda claro que Monza no fue solo un Gran Premio más. Fue una postal del presente y, sobre todo, una advertencia del futuro.

Claves para entender Monza 2025:

Verstappen vuelve a ganar tras una sequía de cuatro meses.

Carrera más rápida en la historia de la F1: 250,7 km/h de media.

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