Por Redacción de Profesión Valor
En la montaña no hay margen para el error. No hay coequiperos que rescaten un mal día ni estrategias de boxes que disimulen una caída. El downhill es brutal, crudo, y honesto. Este fin de semana, en el corazón de Valais, Suiza, el Campeonato Mundial UCI 2025 dejó claro quiénes están hechos para dominar esta disciplina: la austriaca Vali Höll, que ganó su cuarto título consecutivo, y el canadiense Jackson Goldstone, que logró su primer campeonato mundial élite con una bajada demoledora.
Höll: reina sin rival en la élite femenina
Vali Höll no corrió para defender un título. Corrió para reafirmar una era. La piloto austríaca llegó a Valais como favorita, pero no como segura campeona: la francesa Myriam Nicole, pese a una mala clasificación, puso presión real con una bajada impecable que marcó el mejor tiempo por más de siete segundos.
Una a una, las mejores del mundo no lograron superarla. Tahnee Seagrave venía fuerte en los primeros sectores hasta que un pinchazo la relegó a la quinta posición. Gracey Hemstreet, canadiense y con tres victorias en Copa del Mundo este año, tampoco logró inquietar a Nicole y terminó tercera provisional.
Y entonces llegó Vali.
Con la serenidad de una múltiple campeona, y la agresividad de quien no se guarda nada, Höll firmó un descenso sin errores, con líneas limpias y un ritmo imposible de igualar. Detuvo el crono por delante de Nicole y selló un cuarto campeonato mundial consecutivo, algo que no se veía en downhill femenino desde los días de dominación de Rachel Atherton.
Goldstone: talento canadiense, ejecución de campeón
La categoría masculina entregó uno de los mejores espectáculos del año. El alemán Henri Kiefer, joven y consistente, marcó un tiempo de 2:56.099 que parecía casi inquebrantable. Pasaron nombres fuertes sin éxito… hasta que llegó Rónán Dunne.
El irlandés, que venía de ganar en Les Gets, lo intentó todo y se quedó a 0.047 segundos del liderato. Un suspiro. Pero todavía quedaba pista por escribir historia.
Con solo 21 años, y en su primera participación élite en un Mundial, Jackson Goldstone demostró que no está para aprender: está para ganar. Su bajada fue agresiva, precisa y sin concesiones. Le sacó 1.946 segundos a Kiefer y puso la presión máxima a los que venían detrás.
Loris Vergier, actual campeón, solo logró un quinto lugar. Y Loïc Bruni, el último en salir, arriesgó más de la cuenta y terminó en el suelo.
Goldstone no solo ganó: dominó. Fue el más rápido en la clasificación y lo confirmó en la final. Kiefer fue segundo y Dunne completó el podio con un merecido tercer lugar, el mejor resultado mundialista de su carrera.
Más que un podio: el momento de cambio
El Mundial de Valais no fue solo un evento más en el calendario. Fue un momento bisagra. Por un lado, Höll consolidó una era que la coloca entre las más grandes del downhill femenino. Por el otro, Goldstone dejó en claro que la nueva generación ya no está esperando su turno: está tomando el relevo con autoridad.
La pista suiza, técnica y exigente, sirvió como filtro natural. Solo quienes combinaron riesgo calculado, físico perfecto y nervios de acero se llevaron algo de este Mundial. Y quienes ganaron, lo hicieron sin discusión.
Con este resultado, tanto Höll como Goldstone llegan al tramo final de la temporada con un nuevo estatus. Ella, como la campeona a vencer por cuarta vez. Él, como el nuevo rostro del downhill mundial. Y para el resto, como siempre, solo queda una opción: bajar más rápido.





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