Por Tyleen Mc Donald
Innovación, Cultura y Tendencias
La clasificación del GP de Singapur 2025 dejó una herida profunda en Williams. Ambos monoplazas de la escudería fueron descalificados por exceder el límite permitido del DRS, una infracción técnica que anuló las vueltas que habían logrado en Q3. Sin embargo, en medio de la decepción quedó la huella de determinación de Carlos Sainz, quien pese a todo reclamó la vuelta más rápida que se registró en la sesión final. Esta es la historia de un castigo duro y un piloto que no se rindió.
¿Qué ocurrió exactamente con Williams?
En la noche del sábado, tras la sesión clasificatoria, los comisarios de la FIA detectaron que los dos autos de Williams —el de Alex Albon y el de Carlos Sainz, excedían el margen reglamentario en el alerón trasero, en la zona del mecanismo DRS. Más específicamente, la apertura del ala trasera en posición abierta superaba los 85 mm máximos permitidos según el artículo 3.10.10 g del Reglamento Técnico.
Williams había clasificado en 12.º (Albon) y 13.º (Sainz), pero esos tiempos quedaron anulados, obligándolos a arrancar desde el fondo de la parrilla.
En un comunicado, el equipo aceptó la sanción y manifestó su intención de investigar internamente cómo su propio control no detectó la irregularidad antes de la inspección oficial de la FIA.
James Vowles, jefe de Williams, admitió públicamente que esta descalificación es “amarga y difícil”, pero que se enfocan en la remontada del domingo con todo lo que el coche todavía pueda ofrecer.
Sainz no se rindió: reclamó la vuelta más rápida
Aun así, Carlos Sainz no se dejó opacar. En la Q3, marcó la vuelta más rápida de la sesión, un dato que quedó registrado técnicamente aunque no validado en la clasificación oficial. La hazaña subraya que el piloto no solo estaba compitiendo al límite, sino que tenía ritmo para estar mucho más arriba.
Aunque su tiempo quedó invalidado para efectos de parrilla, ese registro habla del potencial que el Williams tenía esa noche, pese a todos los problemas técnicos y reglamentarios que finalmente lo sacaron de la contienda en la parrilla de salida.
Cuáles fueron las causas técnicas y sus implicaciones
- Error de tolerancia en DRS
Williams pasó por alto que el alerón trasero superaba lo permitido por la FIA. Ese exceso, aunque pequeño en milímetros, representa ventajas de velocidad punta y carga aerodinámica injusta. - Falla en el autocontrol interno
El equipo reconoció que sus propias mediciones antes de clasificación consideraban las piezas dentro de tolerancias, lo cual implica una falla en su cadena de validación o calibración interna. - Penalización severa para la sesión clasificatoria
La sanción automática en estos casos es la pérdida completa de los tiempos conseguidos, sin margen para excepciones. Williams no pudo apelar el castigo ni revertirlo.
Lo humano detrás del error
- Sainz no se resignó. Su ambición quedó certificada con la vuelta más rápida registrada, incluso cuando su resultado fue despojado.
- Para Williams, es una noche triste: no solo pierden el resultado de clasificación, sino credibilidad técnica.
- En el equipo se respira tensión: asumir errores en reglas tan finas puede afectar confianza entre ingenieros y pilotos.
Qué puede venir después
- En carrera, Williams deberá confiar en estrategias arriesgadas, adelantamientos tácticos y quizás aprovechar neutralizaciones para remontar.
- En temporadas futuras, es urgente que el equipo revise todos sus controles técnicos internos, especialmente en piezas vulnerables como el DRS.
- La actitud de Sainz manda mensaje claro: no importa cuántas puertas se cierren, él buscará abrir su espacio con rendimiento.
Williams fue castigado por milímetros. Pero Sainz nos dejó claras dos cosas: que ese coche tenía ritmo, y que aún en la derrota técnica su espíritu sigue intacto. Ese es el tipo de combustible del que se forjan regresos épicos.
0 comentarios