El pasado domingo 1 de junio, la ciudad eterna se transformó en un circuito de alta velocidad cuando Patrick Friesacher, ex piloto de Fórmula 1, protagonizó un impresionante espectáculo automovilístico en la etapa final del Giro d’Italia 2025. Al volante del RB8 de Red Bull Racing, el monoplaza campeón del mundo en 2012, Friesacher recorrió las calles de Roma, incluyendo la emblemática zona del Coliseo, realizando maniobras espectaculares que dejaron sin aliento a los espectadores.

Un homenaje a la «maglia rosa»

En un gesto simbólico, Friesacher lució un casco, guantes y botas de color rosa, diseñados por él mismo, en honor a la icónica «maglia rosa» del Giro d’Italia. Este detalle no solo rindió tributo a los ciclistas que compitieron durante 21 etapas, sino que también estableció un puente entre el mundo del ciclismo y la Fórmula 1.

Fusión de ciclismo y automovilismo

El evento incluyó una colaboración única entre Red Bull Racing y el equipo ciclista BORA-hansgrohe. En una de las escenas más memorables, una bicicleta del equipo fue transportada por el monoplaza de Fórmula 1, simbolizando la unión de dos disciplinas deportivas que, aunque distintas, comparten valores como la velocidad, la resistencia y la pasión.

Un cierre inolvidable para el Giro d’Italia

La actuación de Friesacher no solo celebró el final de una de las competiciones ciclistas más prestigiosas del mundo, sino que también ofreció a los asistentes una experiencia única al combinar la majestuosidad histórica de Roma con la emoción de la Fórmula 1. Miles de aficionados se congregaron para presenciar este espectáculo sin precedentes, que marcó un hito en la historia de los eventos deportivos en la capital italiana.

Este evento demostró cómo la innovación y la creatividad pueden fusionar diferentes disciplinas deportivas, ofreciendo al público experiencias inolvidables y reforzando el espíritu de colaboración entre atletas de distintas especialidades.